Podemos recorrer diferentes rincones el mundo y deleitarnos con mil manjares, pero ninguno se compara con la sazón que nace en los fogones y las hornillas de nuestra cocina hondureña, donde nacen esos platillos hechos con amor y esmero. Y si hablamos de música, somos un pueblo que vibra con alegría, bailamos al ritmo del tambor, la marimba y la guitarra, especialmente en nuestras fiestas, en las que celebramos las tradiciones que nos definen.
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Sabores con herencia
Cada zona sirve su historia en el plato, con ingredientes que hablan de identidad. Por ejemplo, en el norte de nuestro país se caracterizan los sabores costeños, con una fuerte influencia de la cultura Garífuna y Misquita, por otro lado, la zona centro sur ofrece recetas como el nacatamal y la sopa de frijoles
En los departamentos como Copán, Lempira, Ocotepeque y Santa Bárbara el maíz es protagonista, destacan delicias como la montuca, los tamalitos, el atol chuco, el cerdo horneado, entre otros.
¿Se te antojó algo?
Música para los oídos
Nuestros sonidos son un reflejo de nuestra diversidad cultural con raíces indígenas, africanas, españolas y caribeñas que se entrelazan en cada melodía. Uno de los géneros más emblemáticos es la punta, originaria de la comunidad garífuna, alegre y contagiosa, anteriormente, se interpretaba con tambores de madera y caracoles, pero en la actualidad se ha desarrollado la punta rock, que fusiona los ritmos tradicionales con influencias de rock, reggae y R&B, incorporando instrumentos eléctricos y acústico.
Tradiciones que nos representan
Nuestra esencia como hondureños la encontramos en las celebraciones como el Guancasco, que simboliza la paz entre pueblos lencas, o el Carnaval de La Ceiba, que llena las calles de música y color, sin embargo, también está presente en nuestro lenguaje, la amabilidad de nuestra gente y la solidaridad entre hermanos.
Cuando valoramos lo nuestro, enseñamos a las nuevas generaciones que ser hondureño es motivo de orgullo, es por ello que, te invitamos a fomentar el amor a la patria para así fortalecer el sentido de pertenencia, inspirar respeto por nuestra historia y despertar el compromiso de construir un país más unido.