Hay algunos mantenimientos que deberán ser parte de tu rutina básica y hacerlo por lo menos una vez al mes:
La verificación también incluye el líquido de frenos. Si el nivel ha bajado, puede ser porque existe una fuga en el sistema, en las mangueras o la bomba auxiliar, también pídele al mecánico la revisión del freno de mano.
Cuidar los frenos del vehículo también es velar por la seguridad de las personas que lo conduzcan.
Este es parte del elemento básico de seguridad del vehículo. Presta especial atención al desgaste, tanto por la parte que toca el pavimento como la cara interna y externa; y a la presión, para esto toma en cuenta las indicaciones que pueden estar en la puerta del piloto o bien, en el manual de usuario.
Tener especial cuidado en la batería ayudará a que tú o la persona que conducirá el vehículo no esté propenso a quedarse varado en cualquier lugar, poniendo en riesgo su seguridad y el presupuesto de la empresa, pues una ida al mecánico podría resultar más caro.
Se deben revisar los niveles de aceite del motor en las fechas correspondientes, generalmente es a cada 3,000 o 5,000 km, aunque hay aceites que pueden durar hasta 10,000 km.
Cada vez que se cambie el aceite también se debe reemplazar el filtro de aceite.
Cuando pierde su eficiencia puede resultar peligroso para la conducción, pues si conduces con lluvia y este no funciona puede afectar la visibilidad, o bien, si conduces con calor extremo puede favorecer al sueño, también poniendo en riesgo al piloto y a sus acompañantes.
Las bujías deben mantenerse libres de cualquier tipo de suciedad porque si están en buen estado beneficiará en la calidad de la combustión del vehículo, por ende, reduce las emisiones al aire y el motor tendrá la misma potencia.
Además de todo lo anterior, es importante que el vehículo siempre esté limpio tanto interiores, cuidando hasta los más pequeños detalles, y el exterior, que siempre esté lo más reluciente posible.