Te pasaba que, cuando visitabas a tus abuelos, ¿no había rincón sin un mueble, adorno o cuadro que llenara la casa? Era normal ver diferentes tipos de sillas, mesas, aparatos sin funcionar, y es que, nuestras generaciones pasadas eran fieles creyentes de que ese objeto “para algo podría servir”, y por eso siempre veías llenos los estantes.
Hoy, en cambio, se busca la simplicidad. Este mismo principio se puede aplicar a nuestras finanzas: mientras menos gastos innecesarios acumulemos, más orden tendremos para construir nuestro futuro. El minimalismo financiero no se trata de vivir con lo mínimo, sino de quedarte con lo que realmente aporta valor a tu vida y dejar de llenar tus “estantes” con compras impulsivas que solo ocupan espacio en tu presupuesto.
Entonces, ¿cómo te conviertes en un minimalista financiero?
Autoexamínate
¿Qué te hace feliz?, ¿cuáles son tus prioridades?, ¿qué es realmente valioso? Haz un análisis profundo sobre las cosas superfluas que solo están ahí para llenar espacios. Piensa en los gastos realmente importantes y pregúntate si priorizas experiencias o cosas, si estás comprando por impulso o por necesidad, y si tus finanzas reflejan las metas que quieres alcanzar.
Haz un detox
Escribe en un papel o en tu PC una lista de todos tus gastos mensuales, y por selección, decide cuáles necesitan irse y cuáles quedarse. Por ejemplo, si tienes una membresía de gimnasio, pero puedes hacer ejercicio en el parque cerca de casa, entonces elimínala, o si compras un café diario, o acumulas suscripciones de varias plataformas. Recuerda que debes plantearte tus prioridades.
Ahorra e invierte
El hábito se convierte en un acto consciente, no en una obligación. Ese dinero que antes se iba en cosas superficiales ahora puede convertirse en el capital para tus metas: Un fondo de emergencia que te de tranquilidad, una inversión que haga crecer tu futuro o ese sueño que deseas cumplir sin pensar en las deudas.
Gracias al minimalismo conocerás mejor tus objetivos vitales y será más fácil aplicar la regla de que si no puedes pagarlo, no debes comprarlo. Recuerda que este método se trata de soltar todo lo que no te hace feliz para poder enfocarte en lo que de verdad sí. Es como hacer espacio en tu casa y en tu vida para quedarte con lo que realmente te aporta alegría y paz financiera.