¿Imaginas cuántas decisiones tomamos en un día? Ciertamente es muy difícil dar un número exacto, pero según fuentes se estima una media de 35 mil por día.
Te sorprenderá saber que tan solo una pequeña fracción de todas son conscientes, ya que el 99.7% de veces son de forma automática. Esto ocurre en parte por los sesgos cognitivos que afectan la forma en que procesamos la información y nublan nuestro juicio, en especial cuando se trata de la gestión del dinero.
Podríamos decir que nuestro cerebro toma atajos cuando tiene que procesar datos rápidamente, y esto afecta nuestro criterio respecto a las elecciones correctas, puesto que no analizamos ni estudiamos el escenario.
Conoce algunos de los sesgos cognitivos más comunes que afectan la toma de decisiones financieras.
Anclaje
Se produce cuando nuestra elección se ve influenciada por la primera información que recibimos, así nuestro primer punto de referencia a menudo actúa como un "ancla". Imagina que entras a una tienda de televisores, y el vendedor te muestra el modelo más caro, posterior te enseña otros más económicos, esto es para que los de menor precio parezcan más atractivos en comparación.
Para evitarlo, intenta estudiar todas tus opciones, acércate a más tiendas, cotiza en internet, consulta por referencias, compara otras marcas, etc.
Aversión a la pérdida
Nadie quiere perder dinero, eso es un hecho, sin embargo, cuando permitimos que las emociones como el miedo, la inseguridad y la desconfianza tomen el control de nuestro juicio, podemos dejar ir oportunidades que nos beneficien a futuro.
En estos casos, se sugiere crear un plan que sopese las probabilidades de pérdida y ganancia, así tendrás un análisis que respalde tu decisión, recuerda que ninguna inversión se hace a ojos cerrados.
Sesgo pesimista
Ocurre cuando nos concentramos en los peores aspectos de la realidad, subestimando la probabilidad de éxito, por ejemplo:
Durante la época del COVID-19 muchas personas se convirtieron en emprendedores ofreciendo ropa, productos para la salud, comida rápida, delivery, etc. Otros en cambio, creían que cualquier negocio frente a la situación fracasaría.
En la actualidad muchos de esos negocios que nacieron en la pandemia siguen operando e inclusive expandiéndose. La mejor forma de evitar este sesgo es indagar, investigar e informarte para comprobar la veracidad de tus pensamientos negativos.
Giro optimista
Es la tendencia a ver el futuro como algo mejor que el pasado y el presente, dando como resultado el exceso de optimismo respecto a los buenos resultados y a menospreciar la posibilidad de los eventos negativos.
Suele pasar que apostamos todo por el todo sin un plan B de respaldo, por ejemplo, comprar un carro sin seguro, irte de vacaciones con un presupuesto ajustado, esto puede llevarnos a tomar riesgos innecesarios, así que es importante mantener un balance.
La psicología y las finanzas están muy conectadas, al comprender los efectos psicológicos que afectan nuestras elecciones, es posible mejorar la capacidad para administrar el presupuesto y llegar a ahorrar e invertir de manera más efectiva.