Las salidas con amigos, los cafecitos por la tarde, las visitas a los restaurantes nuevos de la ciudad, los cumpleaños sorpresas… son parte de las actividades que realizamos con la gente que estimamos, sin embargo, si no llevamos un control de los gastos, pueden representar un gran agujero de egresos.
Es difícil negarse a participar de reuniones o fiestas que involucran a nuestro círculo social, por eso, queremos enseñarte algunas tácticas para cuidar de tu presupuesto y tu salud financiera cuando se trata de las relaciones interpersonales.
Ser consciente
Si tus amigos planean contigo un viaje a Roatán en un hotel cinco estrellas de tres días y cuatro noches, pero tu economía no te lo permite, lo mejor es poner en una balanza las necesidades y los deseos, también tener dominio de nuestras emociones para evitar tomar decisiones apresuradas.
¿Cómo decir que no sin que alguien se ofenda? La forma más fácil es empezar con un “no puedo, lo siento”, después de eso, el resto es más sencillo, expresa tus razones, sé honesto e intenta ofrecer otras opciones futuras en las que sí puedas participar.
Define presupuesto
Si sales con mucha frecuencia, entonces destina un monto específico para la quincena o todo el mes, puedes categorizarlos de esta forma:
Cambia el “yo pago la cuenta” por “nos dividimos entre todos”, como es parte de los mensajes de educación financiera de nuestra campaña institucional.
Explica tus metas
Se trata de dar un contexto de por qué no puedes gastar en este momento, de esta manera tendrán una mejor perspectiva de tus razones y lograrás que las insistencias a salidas cada fin de semana aminoren.
Verás que tu entorno ejerce menos presión cuando expones tus metas financieras y la importancia que representan, ya sea salir de deudas, comprar una casa, ahorrar para un fondo de emergencia, invertir en un proyecto…
Ten firmeza
Si sales en grupo y tienes un presupuesto ajustado entonces deja en claro desde el inicio que prefieres pagar tu propia cuenta, o por otro lado, si eres el que se ofrece a pagar la cuenta de la mesa para que el mesero no se complique, pasa la factura al grupo para que vean su consumo y puedan depositarte o pagarte lo de cada quien, evita las mini deudas y nunca tengas pena de cobrar lo que es tuyo, como dicen “cuentas claras, amistades largas”.
Definitivamente el dinero y las relaciones interpersonales no son nada fácil, inclusive puede llegar a ser incómodo, pero todo está en saber tratar a nuestro entorno, saber explicarnos y por supuesto, priorizar nuestros objetivos para lograr finanzas saludables.